miércoles, 30 de diciembre de 2009

Born To Run

"En 1975, cuando entré en el estudio para grabar Born To Run, quería hacer un disco con textos como los de Bob Dylan y que sonara como Phil Spector. Pero lo que más quería era cantar como Roy Orbison." Estas palabras indican cuáles eran los propósitos de Bruce Springsteen y cuáles sus influencias. Pero no dicen que lo que consiguió en 1975 fue grabar su obra maestra.

Springsteen ya había publicado Greetings From Asbury Park, N.J. y The Wild, The Innocent And The E Street Shuffle, ambos discos excelentes, pero Born To Run fue el álbum que le catapultó a la fama. Con la espada de Damocles del escaso éxito de sus dos primeros intentos (CBS se planteaba despedirle), Springsteen graba en julio de 1974 el tema Born To Run, que, sin que su discográfica fuera informada, se convierte en un éxito en varias emisoras de radio gracias a su mánager Mike Appel. Como dice Salvador Trepat: "La estrategia de Appel funciono: CBS decidió no despedir al artista y renovar la confianza en él".

El disco se tituló como la canción y los siete temas restantes que lo componen fueron registrados entre marzo y julio de 1975 en "sesiones maratonianas, regrabando y revisando cada canción en numerosas ocasiones, añadiendo músicos externos y nuevos colaboradores", recuerda Trepat, debido al perfeccionismo extenuante de Springsteen. El resultado de tales sesiones es un clásico de la historia del rock and roll, y si alguien quisiera saber dentro de mil años cómo era esta música, Born To Run sería un buen ejemplo. Grandes canciones, interpretaciones pasionales, letras épicas y románticas, un sonido excepcional (muy spectoriano, por cierto) al que no son ajenos las dos nuevas incorporaciones: Roy Bittan y Max Weinverg. Pianista y baterista serían fundamentales a partir de entonces en la E Street Band, junto a los ya consolidados Gary Tallent al bajo y Clarence Clemons y su expresivo saxofón.

No se quedaría aquí el talento de Bruce Springsteen, y, al igual que los dos discos que lo habían precedido, a Born To Run seguirían obras tan formidables como Darkness On The Edge Of Town y The River, para conformar una imbatible pentalogía de una de las más grandes figuras de la música americana. Muy cerca de sus adorados Bob Dylan y Roy Orbison.

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